SINOPSIS
1895: La ciudad de Londres está
asustada. Un asesino está al acecho en las calles, los pobres están
hambrientos, los cabecillas de las bandas criminales están haciéndose con el
control, las fuerzas policiales no dan abasto.
Los ricos acuden a Sherlock Holmes,
pero el aclamado detective privado no pisa casi nunca las densamente pobladas
calles del sur de Londres, las calles donde los crímenes son más sórdidos y la
gente más pobre.
En una oscura esquina de Southwark,
las víctimas acuden a un hombre que detesta a Holmes, a los adinerados clientes
de este y el teatral enfoque forense con el que investiga los crímenes. Ese
hombre es Arrowood: psicólogo autodidacta, borracho ocasional e investigador
privado.
Cuando un hombre desaparece
misteriosamente y la persona que podría aportarle información al respecto es
brutalmente apuñalada ante sus propios ojos, Arrowood se enfrenta junto a
Barnett, su fiel ayudante, a la misión más difícil que han tenido hasta el
momento: capturar al cabecilla de la banda criminal más peligrosa de Londres...
Arrowood es un investigador privado
nada común, que decide ayudar a una joven que busca desesperadamente a su
hermano, a pesar de que el caso esté relacionado con el peligroso señor Cream, con
quien ya tuvo que enfrentarse en el pasado y que le dejó de por vida un mal
recuerdo tanto a el como a su fiel compañero, Norman Barnett.
La novela va transcurriendo poco a
poco, durante todo el libro sin llegar a resultar lenta, pero en ocasiones hace
que se pierda un poco el interés.
A lo largo de toda la historia van
apareciendo bastantes personajes, algunos de ellos claves y otros simplemente
por rellenar, algo que me ha parecido totalmente prescindible.
Si es verdad, yo me esperaba que el
libro fuera más una comparativa con las historias de Sherlock Holmes, pero sólo
aparece de vez en cuando su nombre debido al odio y los celos que siente por él
el señor Arrowood.
Me ha gustado bastante el libro, aunque
también se me ha hecho pesado en algunas ocasiones. Sentía que la historia no
avanzaba y que cada vez se iba añadiendo
más paja sin llegar a ningún fin.
La historia está narrada en primera
persona por el señor Barnett, el compañero afligido del señor Arrowood, por lo
que participamos de primera mano en todos los momentos de la historia, haciendo
que el lector empatice así más fácilmente con los demás personajes y busque
pistas también para resolver el caso protagonista.
En definitiva, se trata de una
historia de detectives muy entretenida, con bastantes giros, lo que dificulta
al lector una previsión de la cuestión en sí de la investigación pero que lo mantiene
en alerta a lo largo de todo el libro.
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